Hace poco a un familiar mío le paso algo que pudo haberle llevado al otro lado antes de tiempo, y, aunque gracias a Dios no pasó nada, el mal rato que pasé en esos momentos me llevó a reflexionar mucho acerca de lo que es mi vida.
De repente me di cuenta de lo que era realmente importante para mi; ni aquella discusión tonta que me amargó el día, ni aquel arañazo en el coche, ni siquiera aquella lámpara que rompí por no mirar por dónde andaba tenían importancia en aquel momento; de alguna manera era plenamente consciente de lo que realmente quería, de lo que era verdaderamente importante para mi, y me enfadé conmigo misma por necesitar de una situación así para darme cuenta de esto.
Es por eso que me gustaría decir, a todo aquel que se tome unos minutos para leer esto, que abran los ojos, porque todos, pero todos, tenemos algo que nos hace mantenernos en pie, ese alguien en que seguramente estés pensando en estos momentos y al que muy posiblemente has olvidado decir cuánto quieres.
Pero también me gustaría dar unas palabras de aliento para aquellos que han perdido a su guía, su punto de apoyo; para todos aquellos os digo: vivid sacando lo mejor de vosotros mismos, que cada día mejoréis un poco más, y sed fuertes, porque ahora mismo o en el futuro, vosotros seréis el bastón en quien se apoye alguien y tendréis que guiarlo, para que en un futuro el mismo sea a su vez el bastón de otro; esto es un bucle, y no tenemos derecho a romperlo, no podemos permitirnos el lujo de rendirnos ante las adversidades, debemos mantenernos firmes y servir de ejemplo.
Todos pasamos por momentos malos, y a veces sólo tenemos ganas de rendirnos, porque es fácil y estamos cansados de luchar contra corriente; caerse está permitido, pero levantarse es obligatorio.
Por ello os digo sed el fuerte que aguarde a un futuro guardián y sed la mejor versión de vosotros mismos que podáis ser.
Bella reflexión. Saludos
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